Salustiano de Olózaga Almandoz. 31º Presidente el año 1843

Primer Presidente durante el reinado de Isabel II (1843-1868), desde el 20 de noviembre de 1843 al 29 de noviembre de 1843.



    Nacido en Oyón (Álava), el 8 de junio de 1805. Era hijo del médico Celestino Olózaga, con el que aprendió las primeras letras, estudiando después Filosofía en Zaragoza; finalmente, terminó sus estudios en Madrid, ciudad a la que la familia se había trasladado en 1819.

    Frecuentó después la Cátedra de Constitución establecida en los Estudios de San Isidro; se dice que asistió a la Landaburiana en 1822 y que, siendo miembro de la Milicia Nacional Voluntaria, acompañó al gobierno en su viaje a Sevilla y Cádiz. Regresó después a Madrid, a estudiar Leyes. Cuando era pasante de Cambronero, entró en las conspiraciones liberales de 1831. Calomarde ordenó su detención el 16 de marzo de 1831.

    Se dice que perteneció a la Junta de Invisibles, que estaba en relación con la Sociedad de Propagandistas francesa y que era muy dado a exagerar y a engrandecer sus propias acciones. Fue detenido por el alcalde de corte Antonio María Segovia, junto con Miyar, mientras Marcoartu lograba escapar. Pero Olózaga tuvo mejor suerte que Miyar, porque consiguió escapar ayudado por su hermano José, y llegó a la Coruña el 26 de julio de 1831, desde donde se embarcó para Socoa, puerto de San Juan de Luz.

    En agosto, lo encontramos en París, con nombre supuesto, pero con altas protecciones francesas. El 5 de septiembre de 1831 salió para Dover, y regresó a Francia en el octubre siguiente. En febrero de 1833 regresó a España. Toreno le recomendó a Garelli, por lo que obtuvo un puesto de secretario de la comisión encargada de revisar el Código de Comercio.

    Mendizábal le nombró, en 1836, gobernador civil de Madrid, y en seguida fue elegido procurador por Logroño y Madrid, optó por Madrid. Después fue diputado por Logroño en las Constituyentes de 1836-37 y ya ininterrumpidamente hasta la Asamblea de 1873.

    Mientras tanto, se estrenó en su faceta de escritor con un Informe sobre las ordenanzas de los ciegos de esta Corte, editada en Madrid en 1835. Tenía gran fama de liberal, pero en 1837 se pasó a la reacción, como miembro de la Comisión que redactó la nueva Constitución y como demostró en toda su nueva conducta política.

    Fue alcalde constitucional de Madrid entre 1839 y 1840; se unió a la revolución de este año, y el 30 de noviembre de 1840 fue nombrado embajador en París, cargo que conservó hasta 1843, aunque con frecuentes visitas a España, pues seguía siendo diputado. Partidario de la Regencia única, parece que redactó el Manifiesto de Linaje sobre la cuestión. Famosa se hizo su visita a la exiliada Reina Madre, pues el astuto embajador, como se le ha llamado, preparaba ya su futuro. Espartero le confió una misión comercial en Bélgica y Holanda en septiembre de 1842, sin tener que abandonar su puesto parisino.

    Fue presidente del Congreso en noviembre de 1842 y pronunció el 23 de mayo del siguiente año su célebre ¡Dios salve al país, Dios salve a la Reina!, después de lo cual se retiró a Junguitu (Álava), a esperar el resultado de la contienda. Caído Espartero, después de entrevistarse un par de veces con Vicente Sancho, Olózaga logró ser nombrado el 20 de noviembre de 1843 primer ministro y ministro de Estado. Pero, víctima de una intriga palaciega y de los talentos insospechados de la joven reina, se vio acusado por ella misma de haber querido violentar su mano para que firmase el decreto de disolución de las Cortes el 28 de noviembre. Exonerado el día 29, huyó a Francia, y no regresó hasta 1847, protegido otra vez por la inmunidad parlamentaria. En febrero de 1848 falleció en Madrid su esposa, Felisa Camarasa.

    Ingresó en la Academia de la Historia en 1853, y publicó en ese mismo año Causas que produjeron la pérdida de la libertad en el reino de Aragón. Con la revolución de 1854, volvió de ministro a París el 8 de agosto de 1854, e hizo de nuevo de embajador entre el 2 de junio y el 4 de septiembre de 1856. En 1861 pronunció en las Cortes un famoso discurso de oposición, que ilustraba muy bien el reaccionarismo creciente de su espíritu y su miedo increíble al socialismo.

    Se sumó a la revolución de 1868 y fue uno de los redactores de la Constitución de 1869, pero llevó a ella el mismo espíritu que ya tenía en 1837. Ingresó con un Discurso en la Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación el 10 de diciembre de 1863. Publicó Sucesos de Antonio Pérez en 1863, De la Beneficencia en Inglaterra y en España en 1864 y Estudios sobre elocuencia, política, jurisprudencia, historia y moral en Madrid en 1864. Fue presidente en 1871 de la Asociación hispano-lusitana, que decía preparar el Zollverein ibérico. Ingresó el mismo año en la Academia de la Lengua con un discurso sobre las Dificultades del idioma castellano. Falleciendo en Enghien (París), el 26 de septiembre de 1873.
Ramón Martín

Comentarios

  1. Lastimera la vida de un hombre de pecho que consagra su vida a vengar una supuesta afrenta de una niña de 13 años

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  2. Hay quien le atribuye el desvirgamiento de la reina Isabel II.

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  3. Vivo en Junguitu y había oído a una historiadora que Olózaga había estado en mi casa, pero no lo había podido verificar hasta que he descubierto este magnífico blog. De todos modos me gustaría saber de dónde sale esa información y si hay más detalles. Era amigo de algún Landázuri? Muchas gracias

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  4. Fiel reflejo de su época, en donde se hundía el país y el modelo eran estos elementos. Felicidades por la entrada, muy interesante. Saludos

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  5. Interesante post sobre un personaje que desconocía.

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