Ricardo Samper e Ibáñez. 144º Presidente en 1934

Séptimo Presidente del Consejo de Ministros durante la Segunda República Española (1931-1936), bajo la Presidencia de Niceto Alcalá-Zamora, desde el 28 de abril al 4 de octubre de 1934.


    Nació en Valencia, el 25 de agosto de 1881 y falleció en Leysin, el 27 de octubre de 1938. Licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia, en el año 1905 comenzó a ejercer como abogado en su propio bufete sin interrupción hasta que fue nombrado ministro de Trabajo. Al año siguiente de licenciarse ganó una plaza por oposición, en la Diputación provincial de Valencia, cargo que desempeñó sin abandonar el ejercicio de su profesión hasta el año 1911, fecha en la que abandonó el cargo una vez que su bufete había obtenido el prestigio suficiente y cierta prosperidad.

    Sus primero pasos dentro de la política los llevó a cabo en el Partido de la Unión Republicana Autonomista de Valencia, liderado por el escritor Vicente Blasco Ibáñez. En esta época colaboró con cierta asiduidad en el rotativo El Pueblo. Tras su cese voluntario de la Diputación, Samper fue elegido por su partido concejal del Ayuntamiento de Valencia, cargo en el que estuvo desde el año 1911 hasta 1920. Gracias a su enconada oposición contra la mayoría monárquica, fue nombrado, en el Ayuntamiento de Valencia, jefe de la minoría republicana.

    Unos años antes de ser elegido alcalde de Valencia, Samper Ibáñez fue elegido diputado provincial, cargo en el que destacó por su empeño en acabar con las corrientes prácticas caciquiles que venía utilizando la Comisión provincial. Finalmente, en el año 1920 volvió a ser nuevamente elegido como concejal. Al constituirse el nuevo Ayuntamiento el 1 de abril, la mayoría republicana utilizó el derecho que tenían las Corporaciones para elegir a sus propios alcaldes, nombramiento que recayó en Samper Ibáñez. Durante los dos años en los que estuvo como edil, numerosas conferencias, intervino en casi todos los mítines republicanos celebrados en la provincia de Valencia, y continuó colaborando periódicamente en el rotativo El Pueblo.

    Con el advenimiento de la Dictadura del general Primo de Rivera, al igual que todos los políticos contrarios al nuevo régimen totalitario, fue defenestrado de su actividad política, tiempo en el que se dedicó por entero a su carrera de abogado, logrando elevar su bufete a la categoría de los mejores de Valencia. También desempeñó el cargo de presidente de la Casa de la Democracia y, más tarde, el de presidente del Ateneo Mercantil. Tras la caída de Primo de Rivera y la llegada de la Segunda República, Samper fue elegido diputado a Cortes por el Partido Radical y representante en Valencia de su partido de siempre, la Unión Republicana Autonomista. Formó parte de la Comisión encargada de formular el proyecto de la nueva Constitución y, especialmente, en los debates sobre la tan protestada reforma agraria, la ley de los delegados de trabajo y sobre los trágicos sucesos de Casas Viejas.

    En septiembre del año 1933, tras la caída del Gobierno de Azaña, Alejandro Lerroux fue encargado por Niceto Alcalá-Zamora de formar un nuevo gabinete, en el que nombró a Samper Ibáñez ministro de Trabajo, cargo que ejerció tan sólo veinticinco días. No obstante, en esa corta etapa ministerial Samper tuvo la oportunidad de participar activamente en diversos debates parlamentarios de especial relevancia como, el enfrentamiento enconado que sostuvo con el grupo socialista con motivo de las medidas encaminadas a corregir las irregularidades de los Jurados Mixtos y a mitigar los efectos de la Ley de Términos Municipales, aprobada anteriormente por el gobierno de Manuel Azaña.


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